Crónica de una visita muy especial
Esta semana, los alumnos de Religión han tenido la oportunidad de vivir una experiencia única y enriquecedora: hemos visitado a los residentes de la Residencia Monseñor Fernando Ferris de Onda. La actividad se enmarca dentro de nuestra programación del curso, en la que potenciamos el voluntariado como un compromiso cristiano, siguiendo el ejemplo de Jesús, que siempre se acercaba a los más vulnerables con ternura, escucha y compasión.
“Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros
como yo los he amado.” Jn 13, 34-35
Durante la visita, realizamos pequeñas entrevistas a los residentes, escuchando con atención sus historias de vida, sus recuerdos de juventud, sus consejos y también sus anhelos. Ha sido un tiempo lleno de emociones, sonrisas y alguna que otra lágrima compartida. Muchos de nuestros alumnos expresaron lo mucho que les había impactado la sabiduría, la ternura y la vitalidad de los abuelitos, así como la importancia de no dejarles solos, de hacerles sentir valiosos y acompañados.
Más allá de una actividad escolar, esta visita ha sido una lección de vida. Hemos aprendido que el voluntariado no siempre requiere grandes gestos, sino pequeños momentos llenos de humanidad y presencia.
A través de este tipo de iniciativas, educamos el corazón y cultivamos una fe que se hace vida. Porque ser cristiano es, también, tender la mano al otro, estar presente y mirar con amor.
Gracias a la residencia y a sus trabajadores por abrirnos las puertas y, sobre todo, gracias a los mayores por abrirnos el corazón.
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